Dato, dato, dato!!! por aquí estamos pasando Agosto, queriendo que llegue la primavera con todo, pero lo más entretenido es que con el calor viene la nueva temporada de siembra, se van las últimas heladas y si tenías ganas de empezar a cultivar tus propios alimentos este dato BBB es atómico.
En San Pablo 1071 (casi con calle Bandera) encuentras la "Semillería La Catedral" lugar que debe tener al menos unos 60 años y que tiene DE TODO, semillas, bulbos, almácigos, flores, árboles frutales y un sin fin de plantas comestibles, listas para vivir en tu próxima huerta.
Si te repites a ti misma que no tienes dedos verdes, tranquila, aquí encontrarás las plantas más "carne e perro" de la vida y otras más difíciles pero nada que con amor y dedicación no crezca. Mega recomendado eso sí, al menos intentar plantar algo desde semillas y ver todo el proceso (sentir la chochera de ver las primeras hojas salir 🌱, es algo que recomiendo a todo el mundo) pero si te quieres ir más a la segura, entonces puedes comprar almácigos que se irán transformando en tu terapia diaria.
Con unos 5 mil pesos puedes salir con un canasto lleno de maravillas y si quieres semillas, por $600 encuentras desde Luffa hasta Lupino. Ayer compré tomates, pepino, ciboulette, cilantro y semillas, la más rara es ese tipo de brócoli que parece sacado de un poster de una rave, no me acuerdo el nombre pero nunca lo he visto más que en fotos y me sentiré demasiado seca si logro que esa cosa prolifere en mi huerta. Este verano podemos todos, en el espacio que sea, plantar y comer de lo que nosotros mismos cultivemos🍅 🥑
¡No olvides llevar tu propia bolsa, canasto o caja resistente para llevar tus plantas y así no usar una bolsa plástica desechable!
Hace 6 meses vivíamos en un departamento hermoso, rodeado de naturaleza. Al frente había un pequeño bosque, por lo que estábamos siempre muy cerca de la naturaleza, Era muy relajante escuchar todo el día los pajaritos cantar y como corría el agua de un pequeño tranque que pasaba justo en la división entre el edificio y el bosque. En ese entonces, mi tía comenzó con un pequeño emprendimiento, el cual consiste en crear y vender estructuras de madera para diferentes cosas. Siempre me ha gustado cocinar, y no hay nada mejor que hacerlo con especias y diferentes frutos frescos, pero eso lo lograba solo cuando me acercaba a la feria local. Entonces, nació mi sueño por crear mi propio mini huerto, con los elementos que más utilizo para cocinar, y le pedí a mi tía que hiciera una estructura especialmente para mi, para así lograr crear mi huerto soñado. Hizo una estructura hermosa, de color turquesa, que cuenta con 4 bandejas impermeabilizadas para poder plantar ahí mismo todo lo que quiera y, además, me hizo otra estructura con 4 repisas para poder tener una colección de maceteros, en los que pueda poner flores y otras plantitas para potenciar mi cocina.
Por cosas de la vida, nos tuvimos que cambiar de departamento y la situación actual es completamente distinta. Ya no está la cercanía de la naturaleza, ya no se escucha el agua ni los pájaros, y en lugar de vivir frente al bosque, vivimos frente a otro edificio que esta muy cercano al nuestro. Sin embargo, seguimos teniendo terraza, por lo que he ido arreglando y modificando el espacio para que sea ideal para seguir con el sueño del mini huerto. La terraza, a pesar de ser más pequeña que la anterior, tienen el porte perfecto para que quepan las dos estructuras de madera y las puedo contemplar día a día desde mi pieza. Además, llega el sol durante toda la mañana y gran parte de la tarde, por lo que es un lugar templado e ideal para que muchas plantitas tengan un lugar feliz en el cual crecer.
Al llegar a este nuevo lugar, decidimos comenzar a armas el huerto. Compramos plantitas de menta, albahaca, ciboulette, ají, perejil, cilantro, tomates cherry, orégano, cedrón y melisa. Las compramos en la feria y se veían relativamente lindas, pero a los pocos días empezaron a morir. Actualmente solo quedan la menta, albahaca, ciboulette, perejil, cilantro, la melisa y el cedrón. Todos se ven hermosos en la pequeña estructura de madera color turquesa, y están tan felices que incluso al cilantro y al cedrón les salieron unas florcitas blancas hermosas. En las repisas de madera, tengo una suculenta hermosa color anaranjado, que fue mi primera planta y que fue mi inspiración para crear este pequeño espacio lleno de vida, que ha sido fundamental para tener un poco de naturaleza cerca.
Como consecuencia de la cuarentena, el huerto quedo en pausa y no hemos podido seguir plantando nuevas especies ni frutos, o reemplazar los que murieron en el primer intento. Además, hemos ido juntando varios maceteros hermosos, que están listos para recibir a toda clase de plantitas, pero aún estamos esperando el poder salir para seguir creando este espacio lleno de vida. Mi objetivo, además, es traer una pequeña lavanda francesa, para así ayudar a las abejas, ya que he leído que esta planta las atrae.
Este rinconcito en nuestro departamento es un espacio lleno de vida, que queremos seguir potenciando para que cada día esté más completo y siga siendo un lugar de relajación, en el cual podemos ver vida y recibir a diferentes bichitos, que llegan felices a disfrutar de este espacio que es nos entrega felicidad a nosotros y a ellos también.